16 de marzo de 2010

NN

Estoy tirada en la playa, un cadáver que el mar desprecia; cada ola, tratando de quitarse de encima semejante incriminación, pero con la misma indiferencia y (presumo) disimulo que lo hacen con los huevos de tortuga y las algas, y por qué no, con las carnosas y amenazantes aguas vivas. Sigo acá, toda pesada con el vestido levantado y boca abajo. ¡Como lo temía! la ropa interior se transparenta.
Aunque es invierno y la marea está alta y me tira con fuerza, en cada oleaje logra poco, cada vez me entierra un poco más. Tengo arena en los ojos y la boca semiabierta taponada. El patetismo es tal que sobre mi mejilla se posa un berberecho, riéndose de mi, monocelular, pero cínico.
Me desespera no poder modificar esta situación, pensar que me puedan encontrar de esta manera… despatarrada, con el vestido literalmente al hombro, las piernas semiabiertas, ¡Tanto cruzamiento de piernas reglamentario para terminar así…!, y ni hablar de la incomodidad de tener mi brazo derecho debajo de todo este cuerpo.
Mi mayor temor en este momento que me encuentren así. Sé que antes de la compasión por verme tan joven y tan muerta, sentirán un terror incontrolable por esa cosa inerte bamboleada por las olas. No criticarán mi desfachatez, mi celulitis, estarán estáticos, conmocionados, sin parar de verme, y yo seguiré ahí apuntándolos, recordando sus propias muertes.
Pensar que de chica fantaseaba con “hundirme en el mar” como el poema de Alfonsina, me imaginaba como una escultura helénica, con los paños elegantemente pegados a mi cuerpo y erguida con toda dignidad. Entraba en el mar tratando de caminar y hundirme con toda gala, pero atravesar la primer rompiente con elegancia era un cometido imposible, por lo que abandonaba la tarea.
Ay! ya pasaron como dos horas y soy un asco, suerte que por lo menos no tengo olor, esto del agua salada es un acierto. Pero ya queda poco tiempo para que amanezca y ahí seguro se viene el inevitable “rescate”, espero que no sea de manos de un policía… ¿y saldré en los diarios? En uno local seguro…espero que no me saquen fotos, no terminar en youtube gracias algún celular morboso. Bueno me estoy cansando un poco de este fluir de la consciencia, ¡no me muero más!, calculo que con la aparición de algún curioso ya me voy a poder escindir de este cuerpo atolondrado, dejar de custodiarlo en su soledad a que alguien solucione los trámites y dé curso a mi muerte.