13 de abril de 2011

Las Manzanas. P 4

continuación Parte 4.-

Se enamora de todo,
del olor de las cosas,
del color de las cosas (del modo)
Del alivio.

Se enamora de todo por un rato,
y después piensa,
Después no quiere a nadie,
y sabe que ella tiene la culpa.

Llora porque nadie se enamora de ella
no los que ella necesita,
no sabe a quien necesita,

Hace tiempo que nada la entusiasma demasiado,
pero quiere seguir viviendo, porque no tiene motivo para morir.
Se siente demasiado,
siente vergüenza
                                 La reflexión de la muerte y la vida siempre le pareció un tema interesante para pensar y debatir en el colectivo.

Estaba por comenzar un espectáculo de rock, o algo por el estilo. No era que le agradara ver bandas de rock, pero eso y un trago de Gancia era el programa más estereotipado e ideal para esa noche. Se sentó en una mesa empotrada a la pared y ordenó su trago, después de un momento se acercó un chico y le dijo que el estaba sentado allí, que había ido al baño, pero que no le molestaba compartir la mesa. Ella le dijo que gracias por dejarla quedar pero que no tenía realmente ganas de hablar. Tenía una lapicera y una servilleta sobre la que escribir, pero él comenzó a interrogarla, ella le respondía sin mirarlo a la cara, para confirmarle que no era su intención hablar esa noche. Él le hizo varias preguntas y confesiones a la vez, y ella después de un rato se disculpó seriamente y le dijo que prefería cambiarse de lugar, él dijo no ofenderse.
La banda comenzó con sus primeros acordes y no era tan mala, después del primer estribillo podía tararearse toda la canción. Ella miraba el movimiento de los integrantes tratando de descifrar sus roles en el grupo, era un análisis de psicología barata de martes por la noche. El cantante se meneaba para todos lados y casi besaba pasionalmente el micrófono, llevaba puesto una vestimenta de clown oscuro, las mangas de su remera- vestido acariciaban el escenario; Y sus enormes zapatos negros hacían lucir su cuerpo demacrado y patético. Detrás de él se situaba toda la banda en un orden casi jerárquico. El guitarrista y el bajista en la misma línea horizontal, uno sobre la izquierda y otro sobre el lado derecho, llevaban también vestimentas negras y parecidas entre todos, pero sin tanto artificio. El que cargaba la guitarra era muy parecido corporalmente al cantante y también se movía como una estrella, parecía que las caderas iban a salirse de su eje. El baterista era casi invisible detrás de una montaña de instrumentos, pero golpeaba enérgicamente el conjunto de percusión, sobresaliendo también de esa manera.
Los escuchas que eran entusiastas parecían ser amigos o conocidos del grupo, las demás personas eran indiferentes como si realmente no estuviera pasando nada, sin embargo notaban que algo sucedía cada vez que debían gritar para hacerse entender entre ellos.
Alejandra prendió un cigarrillo para ser una figura repetida a la vez que seguía el pulso con sus pies sobre la silla que no la dejaba llegar al piso. Separaba esa realidad en trozos complejos. Un pedazo de todo abarcaba: Un poco de música con un movimiento de un integrante, más una bocanada de humo, más un trago del alcohol, un segmento del bullicio desinteresado y el barman faginando una copa. Era realmente una exquisita despedida. Después de analizar la totalidad de esos fragmentos, se bajó del banco, prendió un cigarrillo, abrió y cerró la puerta tras de si, y tirando el cigarrillo teatralmente dijo: __Bueno, ya está.

No hay comentarios:

Publicar un comentario