22 de mayo de 2011

LAS MANZANAS. P.5. final

Parte 5: "Lo que toda revista femenina debería decirnos"

Ahora que está aburrida porque descubrió que no tiene ninguna obligación, y que si no hace esas cosas que tiene que hacer nada pasa, el mundo no cambia, puede abandonarlo todo. Entonces ahora le vuelve a molestar que ellos no la quieran, x1, x2, x3, x4. Ninguno, ella no quiere a ninguno, eso se lo repite incesantemente para lograr convencerse de que no tiene que sufrir por aburrimiento.
Últimamente está teniendo un sexo estúpido, casual y adolescente; le gusta que sea así de superficial, sin embargo no puede dejar de compararlo con el pasado para sentir una gran decepción.
Y no esta segura pero en realidad tiene ganas de ser otra. Un día va a ser un test para saber si todas las personas quieren ser otras, o si la mayoría tiene pánico a las mismas cosas que ella, y cargan encima la pena de pensar que son los únicos que lo sienten.
¿Usted Sr le tiene miedo a la muerte?
¿Usted señora en realidad no querría matar a su hijo para hacer exactamente lo mismo que él está haciendo, y no tener la obligación de retarlo?
¿Usted Señorita, no pensó que quería ser una excelente arquitecta, artista, matemática, filósofa y nunca, nunca tener un chico que no la llama en la cabeza mientras estudia, y lo tiene?
¿Usted Señorito no piensa mientras esa chica se duerme que tiene que huir antes de enamorarse? Sí hágalo, pídale un taxi.

Pensar en el pasado la hacia quedarse paralizada con una sonrisa congelada en su cara, como si fuese feliz en ese momento por algún tipo de acontecimiento simultáneo a su recuerdo de felicidad.
La nostalgia lo consumía todo, extrañaba lo que acababa de hacer, la manera de moverse como imaginaba había sucedido. Una porción de fantasía acomodaba las cosas para que sucedieran tal como en su cabeza. No podía dejar de estar fascinada y triste por la belleza de las cosas que experimentaba, la desilusión también formaba parte de esa fantasía cotidiana, la desilusión por la gente que ya parecía la iba a desilusionar, por ser simplemente como era previsible que fueran. Él era una nueva desilusión que estaba experimentando, quizás para sentirse viva, aunque sabe, ya sabe lo aburrido que va a ser todo. Entonces probablemente lo que haga por la simple responsabilidad de saber que “ya es grande”, es dejar que lo que sabe que a va a terminar mal, dure menos de lo esperado. Por eso le dice vamos al cine o hagamos algo, pasan ese tiempo juntos y monologan, sabe, sabe que esta errada.
Se quedo pensando en cómo justificar su nueva manera de comportarse, y por supuesto la encontró, siempre se perdonaba todo. Había llegado a la conclusión de que ésta se justificaba porque todos los caminos conducen a Roma, ella iba a Roma. Sufrir para ser feliz se justificaba tanto como bloquear sus sentimientos, para en un futuro amar como se lo propuso el día que se sintió feliz, y que decidió cuál era la verdad de las cosas, de la vida, del fútbol y del amor. Se daba la absolución porque también se la habían dado sus amigos más cercanos. Ella necesitaba parar para pensar, y creer que dudaba, que dudaba… (Con la maravillosa connotación que tiene esa palabra desde que la dijo Duchamp)
La noche se hace presente, el parque necesita ser cerrado y ellos se despiden hasta la próxima. Van hacia direcciones opuestas, se van alejando el uno del otro con ritmos diferentes hasta que ya no comparten la misma cuadra. Él mira el reloj y piensa en su madre, ella se mira los pies y se pregunta si sus zapatos serán del número correcto, esa es una duda que nunca se puede sacar.
FIN

No hay comentarios:

Publicar un comentario